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Sin por qué no hay más separación.
Sin por qué no hay más distancia, ni interpretación, ni distorsión.
Sin por qué no hay ni distancia, ni separación, ni resistencia, ni conflicto ni dualidad.
No hay más fragmentación ni confusión en la mente.
Hay visión de lo que es por lo que es, tal cual y como es. Sin "debería" ni dualidad, ni nada que elegir imponerse o imponer.
Y en ello cesa lo que es.
Entonces la mente ha ido "más allá" de lo que es, ya no está atrapada en el eterno conflicto en relación a lo que es y la constante comparación con la ilusoria dualidad de "lo que debería ser".
Esa mente es libre.
Y en la proposición "lo que es", ella es el ES en el cual "lo que" sucede sin afectarla.
Somos el ES, siendo, auténtica, originalmente, sin ningún "por qué", ni argumento, ni justificación.
Dándonos cuenta...
Siendo, sin una "historia", sin barullo, que nos distraiga de la vida siendo a cada instante...
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