Este atemporal inmodificable...

No hay nada que ganar, o que perder.

Nunca ha habido el menor cambio.

Lo único que cambia es la forma en que uno es visto,
según la forma en que uno es pensado.

La forma en que uno se ve, según uno se piensa.


O sea, la conciencia que es la vida absoluta manifestándose como "yo", "tú"
, "él", etc, siendo conciente de si misma, jamás modifica su naturaleza esencial.
Lo único que va cambiando es la forma en que esa conciencia se ve, la forma en que "yo" me veo.


Pero siempre he sido yo mismo.

Siempre soy yo mismo.

Y siempre seré yo; pensado así, o asá,
hasta que me de cuenta de la futilidad, del engaño, del error, de la mentira, de la falsedad, de lo condicionante de pensarme.

"Yo" es el nombre con que la conciencia se nombra en cada uno al tomar conciencia de si misma en cada uno.


Pensarme, creerme, asumirme de un determinado modo, me hace sentirme-verme como si realmente fuera así, sin percatarme que es tan sólo un estado artificial de "ser" creado por el pensamiento.


Yo que estoy "dormido", yo que soy un "iluminado", yo que "no soy suficientemente bueno", yo que soy un "buscador espiritual", yo que soy "...", etc,etc,etc...


Vaya juego de idiotas!


Es más, basta con ver ya mismo que ese "otro" ("yo pensándome así o pensándome asá") no es una realidad, que soy simplemente yo pensandome "otro"...


En ese momento se torna evidente que tan sólo soy yo, que siempre he sido yo, que siempre seré yo..., simplemente yo..., llanamente yo..., naturalmente yo..., sin ninguna cualidad adosada ni ningún tipo de aditamento.

Toda búsqueda, ya sea buscar alcanzar, como buscar evitar, es siempre yo pensando "x", como un burro alucinando con una zanahoria que no existe en ningún otro lugar más que en su pensamiento.

Así, la creencia en la supuesta realidad de "lo buscado" crea en uno es estado de carencia que me hace sentirme un "buscador"; alguien que "debe" buscar, que "necesita" tal o cual cosa para poder sentirse pleno, para poder ser líbremente y sin restricciones, él mismo.

Lo buscado crea al buscador.

Mis miedos soy yo pensandome "amenazado", "en peligro", etc.

Mis deseos y esperanzas, mi búsqueda, soy yo pensando "placer", "realización", "iluminación", "liberación", "dios", "salvación", etc.

Mi "identidad" en esta vida, soy yo pensándome..., asumiéndome, y por tanto sintiéndome así!


Sólo cuando la falta de realidad del objeto buscado es puesta de manifiesto, entonces el "buscador" desaparece junto con ella, y junto con él, todo el desvelo, la sensación de incompletitud y todo lo que perturbaba la paz que allí siempre hubo.


Así, puestos en evidencia a la luz de la atención el mecanismo de "creación" de la aparente dualidad y su carencia absoluta de realidad, muere entonces espontánemente el entusiasmo por "el/lo otro" junto con toda la perturbación interior que este "objeto" de nuestros deseos, esperanzas o temores alentaba; y aunque los pensamientos permanezcan, ya no son tomados por una realidad, ya no opacan más este sentido de ser, único, vasto, silente, indiviso, este uno mismo,conciencia simple de ser eso que es, llamada "yo".



Este atemporal inmodificable nombrado "yo" que uno es...






Richard Mesones.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por compartirlo!

=)