ESCRITOS DE MOOJI
De su Libro: “Palabras surgidas del Silencio”
¡Aferráte sólo a la Verdad!
MENTE CORAZÓN
¿QUIEN está leyendo estas palabras?
¿QUÉ las está comprendiendo?
Pregunta: ¿Cuál es mi problema?
Mooji: Te mantienes dentro de la mente.
¿Por qué no en cambio, mantener la mente dentro de tu Ser?
Mejor aún, olvídate de ti y ¡sé!
Todas las corrientes mentales fluyen finalmente hacia el océano único del Ser.
Existen muchos caminos para la mente.
No hay caminos para el corazón pues es infinito y todo lo permea.
Enredados en el juego de la mente perdemos la paz incomparable que se halla en el propio corazón.
Amado, bienvenido al hogar de tu propio Ser.
Descansa en el ser como Ser.
Así, te vuelvas hacia donde te vuelvas, contemplarás dentro la infinita dicha del Ser.
Día a día hazte cada vez más íntimo con la quietud interior, la dicha y el amor, que son la fragancia de tu corazón puro.
Permanece quieto allí.
La mente mediante el concepto del “yo”, ha escondido tu paz, amor, luz y libertad originales y ahora te promete ayudarte a encontrarlos.
¿Quién le ríe la broma?
La mente, mediante el concepto del “yo”, ha escondido tu paz, amor luz y libertad originales y ahora te promete a encontrarlos.
¿Quién le ríe la broma?
RECONOCETE
No te preocupes ni del cuerpo ni de los seres de este mundo.
Reconócete antes que nada como la consciencia imperturbable en la cual todo aparece.
De esta forma verás como todo lo demás se soluciona espontáneamente, todo se cuidará por sí solo.
Antes que nada establécete en la comprensión de quien eres realmente, reconociendo lo que no eres. Tu mundo una proyección de la mente, se volverá cada vez más hermoso, luminoso, ligero y sereno, ya que el mundo no es otra cosa que el reflejo de tu estado interior.
Lo primero que debes saber es que ya eres libre. Este es el poder y la invitación de la indagación: nos revela nuestra libertad inherente como Seres. A partir de ahí, la práctica sólo nos ayuda a apartar la tendencia a dudar de ello...
AQUÍ Y AHORA
Enfoca tu mente en el “soy” que es puro y siempre Ser. Sólo estás aquí y ahora. Contempla el significado de estar completamente aquí y completamente ahora.
Para ello debes abandonarlo todo, permaneciendo tan sólo como conciencia y presencia aquí ahora.
Esto es corazón. Esto es Ser.
Si pudieras mirar a través del ligero velo de la mente, y más allá de éste, al corazón de cada persona, te enamorarías totalmente.
ESO
Si no te identificas, los pensamientos no pueden perturbarte.
Siendo Nadie eres la Verdad misma.
En el teatro de la existencia desempeñas todos los roles: madre, hija, padre, hijo...
Pero, has olvidado algo... ¿quién es el actor?
Por el momento no fijes nada de lo que aquí digo.
No te tatúes mis palabras.
Permanece abierto y quieto, alerta y reconocerás y sentirás el trabajo de la Gracia cómo se despliega tanto dentro como fuera en forma de amor y armonía a tu servicio.
Unicamente a través del saber, de la intuición del “Soy” puede el Absoluto tener el sabor o la experiencia del autoconocimiento, de la existencia, de la multiplicidad.
“Soy” es a la vez la puerta que conduce hacia fuera, a la manifestación y la conduce hacia dentro, a la conciencia infinita.
PAZ
Cuando la mente está clara otra vez, no significa que hayas empezado a vivir la paz, sino más bien que estás viviendo pacíficamente.
Así como el viento no choco contra el espacio, sino que se mueve según su deseo, sin que nada lo detenga, asimismo la mente del sabio fluye a través de su conciencia y presencia que permanece inalterada.
Amor mío, deja del lado todo este infructuoso pensar y ven a reposar aquí, en el silencio del Ser.
Sólo el ahora existe y es lo que eres. Permanece como tal. No puede haber memoria en el ahora. La memoria es el pasado, no ahora. No puede haber una historia del ahora: es nuevo.
No tiene fragancia ni nadie que la perciba. Permanece como el ahora y en él, más allá de cualquier concepto de permanecer.
Eso que aparece dentro de todo, pero que en sí mismo ni aparece ni desaparece; Eso que no puede ni partir ni llegar, pues es infinito e inmutable, reconócelo como tu propio ser natural y sin esfuerzo.
Ese Ser, esa consciencia en la que hasta el silencio se oye antes de que surja la percepción, eso que percibe al que percibe, ese Ser inmutable y sin conceptos... Solo Eso Es
MADUREZ
La madurez es una idea. Si te aferras a ella te sofocará, te mantendrá a la búsqueda de más madurez. No sólo estás listo, estás ¡más que maduro!
A lo que apunto es a lo que ya eres, no aquello en que tendrías que convertirte.
Algunos dicen: “Ver para creer”, pero el auténtico ver hace el creer innecesario. Si eres verdaderamente, ¿qué necesidad hay de creer? Ver es suficiente.
Agradece al Gran Espíritu interior todo lo que se despliega como vida. Todo es un regalo, tanto lo dulce como lo amargo. Todo favorece nuestra madurez: el saber y el discernimiento profundizan a fin de liberarnos de la hipnótica influencia de la mente.
Esto es bendición.
La mente está inquieta con la urgencia de conseguir algo de evolucionar. No es posible convertirse en ser o alcanzarlo, puesto que ya lo eres. Permanece como Ser.
La pregunta ¿quién soy? es la más apremiante, la más poderosa para disipar la ignorancia y la hipnosis de la mente. Estas últimas son las sales que se ponen en la nariz de la Yoidad que ha olvidado su propia naturaleza. Redespierta el Ser a sí mismo.
CONSCIENCIA
Así como el agua se eleva del Océano único, y juega como forma con el nombre de ola para volver a hundirse en la inmensidad del agua; de igual modo los pensamientos surgen del espacio de la consciencia y desaparecen sin dejar trazos en ella.
Como la nube que aparece en el cielo, flota en este espacio vacío y vuelve a desaparecer en su vacuidad; así, los pensamientos aparecen como mente en la extensa vastedad de la consciencia, juegan con ella y desaparecen en ella.
Sin embargo la consciencia permanece inalterada.
Alíneate con la verdad.
Si haces lo correcto para tu propio corazón, nunca errarás; tampoco para los demás.
No lo dudes.
Que despierten rápidamente todos los seres a la Fuente Unica desde donde todo aparece.
Que todos se regocijen sabiendo que somos una familia de seres con un corazón común, un corazón de inimaginable percepción.
Una vez que se ha entrenado la atención a permanecer dentro del corazón, de donde está ha surgido en primer lugar, se irá quedando gradualmente allí con facilidad y dicha siempre crecientes hasta unirse finalmente con la Fuente, en consciencia indivisible que nunca volverá a surgir separadamente.
YOIDAD
Cuando dices “yo” se trata de un cocktail del puro Ser mezclado con el condicionamiento. Pensamiento condicionado... Mente condicionada...
Todos los seres han probado de ese cocktail de puro Ser con Mente. La mente es la parte pensante del Ser, la parte creativa del Ser.
Cuando el Ser no está identificado con la mente. Pese a que ésta está allí, se experimenta a sí mismo como pura paz y puro gozo.
Ramana dice “Cuando Yo desplaza a yo, permanece siendo Yo” y se refiere a esto como la paradoja del verdadero Ser.
El Yo, el yo-Ser, aparta la identificación del yo-me-mi-conmigo, retira la creencia de este yo y se queda con Yo soy.
Yo ya significa Ser; el resto llega debido a la distracción.
Si esta presencia no se conecta ni se identifica con otro concepto, permanece en sí misma. Entonces aparece la paz, el espacio, un júbilo natural, fresco y crujiente, ¡mejor que fresco!
Cuando surge la identificación con el proceso del pensamiento y te implicas en ello, ese implicarse eclipsa el reconocimiento intuitivo del “Yo soy!.
GRACIA
Vivimos la respuesta a nuestras plegarias, pero no estamos conscientes ni agradecidos.
Comienza a confiar en el Universo, confía en ti, pero no de forma personal.
El Universo no re reconoce ni te declara separado de Sí mismo.
Estás dentro de la Gracia y ella está dentro de ti, nunca fuera. ¿Tal vez por eso nunca la encuentras?
Te sientes fuera de la Gracia, dices no sentirla. ¿Por qué? Porque sólo ves tus circunstancias, estás mirándolas con los ojos del cuerpo
MILAGROS
Cuando viajas en tren no necesitas llevar tu equipaje, tus esfuerzos, tus actividades dentro del vagón; no ayudan ni impiden tu viaje.
Nada puede ocurrir del desplegarse cósmico. Pero hemos aceptado la creencia de que es necesario controlar y manejar las cosas a nuestro alrededor.
¿Quién lo hace?
Algunos de vosotros tal vez esperaís un milagro en vuestras vidas. Tenéis esa clase de cuadro en la mente, pero no veis que TODA la vida es un milagro.
¡Si realmente estuviera en tus manos no durarías un solo día.
¿Eres tu quien activa el cuerpo?
¿Eres tu quien hace latir el corazón?
¿Puedes realmente hacer que algo pase incluso en tu cuerpo?
La vida entera es milagrosa pero no lo estás reconociendo.
En cambio, quieres traer lo glorioso a lo mundano simplemente para resolver lo trivial; y es así como pierdes lo Glorioso.
Tenemos corta memoria para el milagro pero larga para lo irreal y lo penoso.
Si sigues perdiéndote seguirás preocupado sintiendo que necesitas ser rescatado buscando protegerte con astucia; por lo tanto no puedes rendirte, refuerzas tu miedo y te aíslas de la armonía cósmica, te vuelves un refugiado... del Infinito.
¿No te parece absurdo?
Simplemente detente y reflexiona.
PRACTICA
Ya no practicaré. A cambio te robaré la mente.
La práctica es excelente para conseguir beneficios: mejorar salud, aumentar la concentración, desarrollar un intelecto más agudo; o aún ganar poderes sobrenaturales. No lo discuto.
Sin embargo una práctica aún recomendada por un sabio, no puede llevarte al Ser, pues ya estás inescapablemente aquí, como Yoidad.
Tan sólo necesitas darte cuenta de lo obvio. Esto es, el sentido “existo”, la más natural y subjetiva de las intuiciones; es lo constante en el incesante cambio.
La mente hace falta para la práctica.
No se requiere práctica para Ser.
Yo soy es quien eres.
Sábelo, acéptalo y se feliz.
ACORRALADOS
Algunas veces necesitamos sentirnos acorralados. Somos tan obstinados y tozudos que debemos ser empujados a algún punto sin opciones para que algo más profundo se abra.
Así entonces cae tu sistema de defensas; y sólo entonces puedes presenciar el milagro de la existencia.
Mientras sigas envuelto en juegos mentales, negarás la evidencia, vivirás una vida estrecha y temerosa, y tampoco aprenderás nada porque te fías del pasado, de tus “truquitos”.
Estás aún ocupado trabajando los apegos de tu organismo cuerpo-mente. Me gustaría que dejaras atrás todo eso. La poda es interminable.
¡¡Arranca de raíz!!
Todos estamos buscando lo mismo, y no podemos dejar de buscar...
Lo Absoluto, la Vida Una, busca saborearse.
Uno se busca a si mismo, busca la plenitud de ser en los objetos externos que representan para nuestra psiquis particular, las cualidades inherentes al ser.
Uno cree que necesita de ese objeto o particular condición para poder sentirse de un determinado modo y que el objeto se lo concederá.
Pero no sucede así.
El noviazgo dura poco.
Y más de lo mismo no va a producir un resultado distinto.
El que busca no encuentra.
Pero el hombre está "destinado" (o des-atinado) a buscarse.
Y sólo tiene dos opciones: o buscarse fuera y perderse en la búsqueda con toda la carga de alienamiento, frustración, agotamiento e infelicidad que esto produce; o custionar las ideas impulsoras de su búsqueda y así encontrarse dentro.
Sólo así hay comunión, paz.
La vida reposa entonces en la conciencia de ser la Vida, sin "saber" lo que la vida es, sin entender nada ni explicar nada.
La luz "retorna" a su orígen; se es y se está en casa.
Sin importar lo que usted crea que busca o desea, la finalidad de la consecución de su deseo es simpre la misma, plenitud de ser, comunión, paz.
Y hasta no hallarla usted no podrá dejar de buscar; no podrá estar en paz, vivir en paz.
El "problema" o la paradoja es que usted buscando ES la falta de paz.
Todo lo que esconde la paz inherente a su propia naturaleza es su constante movimiento de búsqueda y lo que el mismo crea en usted.
Sólo cuando indaga en las ideas impulsoras de su búsqueda y ve su falsedad a la luz de su SENTIR no distorsionado, entonces su búsqueda cesa espontáneamente; y entonces naturalmente, hay PAZ.
Pero la "desición" siempre ha sido, es y será suya:
tener razón o sentirse bien, ¿Que elige usted?
Richard Mesones.
Uno se busca a si mismo, busca la plenitud de ser en los objetos externos que representan para nuestra psiquis particular, las cualidades inherentes al ser.
Uno cree que necesita de ese objeto o particular condición para poder sentirse de un determinado modo y que el objeto se lo concederá.
Pero no sucede así.
El noviazgo dura poco.
Y más de lo mismo no va a producir un resultado distinto.
El que busca no encuentra.
Pero el hombre está "destinado" (o des-atinado) a buscarse.
Y sólo tiene dos opciones: o buscarse fuera y perderse en la búsqueda con toda la carga de alienamiento, frustración, agotamiento e infelicidad que esto produce; o custionar las ideas impulsoras de su búsqueda y así encontrarse dentro.
Sólo así hay comunión, paz.
La vida reposa entonces en la conciencia de ser la Vida, sin "saber" lo que la vida es, sin entender nada ni explicar nada.
La luz "retorna" a su orígen; se es y se está en casa.
Sin importar lo que usted crea que busca o desea, la finalidad de la consecución de su deseo es simpre la misma, plenitud de ser, comunión, paz.
Y hasta no hallarla usted no podrá dejar de buscar; no podrá estar en paz, vivir en paz.
El "problema" o la paradoja es que usted buscando ES la falta de paz.
Todo lo que esconde la paz inherente a su propia naturaleza es su constante movimiento de búsqueda y lo que el mismo crea en usted.
Sólo cuando indaga en las ideas impulsoras de su búsqueda y ve su falsedad a la luz de su SENTIR no distorsionado, entonces su búsqueda cesa espontáneamente; y entonces naturalmente, hay PAZ.
Pero la "desición" siempre ha sido, es y será suya:
tener razón o sentirse bien, ¿Que elige usted?
Richard Mesones.
ESCRITOS DE CLAUDIO MARIA DOMINGUEZ
Sobre la gripe.
¿La gripe nace en la mente?
Gente querida del alma. Se viene el miedo, oleadas de miedo, cada día, semana, mes, el objeto de nuestro miedo va variando y ahora los titulares son ocupados por el nuevo virus de la gripe. Claro que hay gripe, claro que es muy contagiosa, claro que algunas personas mueren; pero ¿no habrá algo más detrás del asunto?
No sólo la manipulación política del caso en nuestro país esperando el resultado finalmente adverso de las elecciones. No sólo las multinacionales experimentando con el miedo y generando pestes para fabricar vacunas que en apariencia las combatan, con el tendal de dólares incorporado, hasta la próxima temporada con su correspondiente peste. ¿No será que la naturaleza humana cuando la mente la puede, cuando no hay un despertar espiritual profundo, es pasto fácil de cultivo de laboratorios y gobiernos?
El miedo es tan fácil de manejar y nacemos con miedo, vivimos con miedo y morimos con miedo. Cuidarse sí, ser prudentes, alimentarse bien, cambiar la estructura de nuestra alimentación, elevar las defensas desde el pensamiento y la emoción positiva, desde las endorfinas y el amor por la existencia; pero no comerse gato por liebre.
No vivir pendientes de los agoreros, de los apocalípticos, que necesitan contaminar a la gente con futuros temibles, para reinar dentro de la división. Perfecto, no se actuó a tiempo, y desde cuándo uno iba a pretender que las autoridades lo hicieran?
Está en Uno hacerse reflexivo, dejar de consumir la venta de la basura y hacerse fuerte en su visión interna. Generar una fuente de poder tan firme que no haya virus que se meta en forma destructiva. La comprensión de que somos tanto más que lo que se nos dice que somos, es la línea que separa al dormido del despierto. Quien despierta se hace dueño de su vida diaria, y el miedo es el antítesis del despertar.
El miedo es el ego con que se nos cría y alimenta desde el poder de turno, con el nombre propio que Ustedes le quieran poner, pero no sólo en la Argentina, en cada rincón donde la oscuridad, intenta velar la luz con la que hemos nacido.
Un cuento sufí dice que Iba La Peste camino a Bagdad cuando se encontró con Nasrudin. Él le preguntó ¿A dónde vas? La Peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas". Después de un tiempo, La Peste volvió a encontrarse con Nasrudín, que muy enojado, le dijo: "Me mentiste. Dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil". Y La Peste respondió: "Yo no mentí, maté diez mil, el resto... se murió de miedo".
Hermanos queridos, la peste primero aparece en la mente y después invade el cuerpo. Sáquensela de raíz.
Millón de abrazos.
Gracias por existir
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¿Qué es peor la gripe a o la ignorancia?
Gente querida, si siempre les decimos gracias por existir, hoy más que nunca queremos reforzar la convicción de que ese que profundiza en su interior y percibe su potencial es quien más rápidamente sana su vida. A esta altura del partido, todos hemos estado en contacto con el virus, ya las autoridades se apuran a abrir paragüas y a aclarar que en un mes todos habremos conocido a alguien infectado. Lo cierto, es que ya estamos en esa etapa, y obviamente, no todos nos hemos enfermado hasta el momento.
¿De qué depende entonces el contagio? No hay que ser muy sutil para entender que el ataque de cualquier virus sólo es frenado por el estado de las defensas del cuerpo y ¿de qué depende ese estado inmunológico elevado? De varios factores, o de uno sólo, la fortaleza o la debilidad física provienen de aquello que ingresa a nuestro cuerpo. La comida que entra literalmente por la boca y también lo que captan nuestros sentidos y alimenta las emociones.
Supongamos que Ustedes están bien nutridos con las proporciones correctas de alimentos que el organismo necesita. Faltaría una extensión de la pregunta: ¿qué leen? ¿qué ven por televisión? ¿qué escuchan por radio o por la calle? ¿con quiénes se encuentran y qué comparten? ¿qué relaciones están teniendo a diario, máxime con los seres con los que comparten varias horas al día?
Grandes médicos en el mundo basan sus estudios en lo emocional como causa principal de la enfermedad. Qué es lo que hace que un virus ataque a uno y no a otro o que apenas mande a la cama a uno y mate al otro. La desnutrición mata, pero también la tensión extrema, la tristeza, la baja estima, la carencia económica y la espiritual se dan la mano e invitan a la pandemia a que haga estragos; si a esto le sumamos la invasión de los medios en un regodeo morboso de los muertos reales y los potenciales, y sí, es un acto heróico mantenerse a salvo.
Pero ustedes amigos del alma, tienen los elementos para lograrlo, no estén con la mente todo el tiempo en el mundo, vayan a su corazón y sepan que son seres divinos, viviendo una experiencia humana, y que la sabiduría es vivir ese aprendizaje con coraje, grandeza, y reafirmando una y otra vez que lo contrario al miedo es el amor.
Quien ama, vive.
Vive en serio.
Así que gracias a estas gripes del miedo, podemos sanar el cuerpo y amar como quizás no lo hemos hecho hasta ahora.
Amarnos y amar al otro.
Todos estamos expuestos cada día a los virus, al de la gripe A y al de la ignorancia, a las pestes de turno y a los negociados del puñado que se juega a las cartas al planeta y sólo recuerden datos como estos. En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de la malaria, que se podría prevenir con un mosquitero.
Y de eso no se habla...
En el mundo, cada año, mueren dos millones de niños y niñas de diarrea, que se podría curar con un suero oral de menos de un dólar.
Y de eso tampoco se habla...
Sarampión, neumonía, enfermedades curables con vacunas baratas, provocan la muerte de diez millones de personas en el mundo cada año.
Y eso tampoco se difunde...
Gente divina, gracias por existir.
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Lista de Claudio María Domínguez
www.claudiomdominguez.com.ar
Si desea recibir estos mensajes pídalos a info@claudiomdominguez.com.ar
Sobre la gripe.
¿La gripe nace en la mente?
Gente querida del alma. Se viene el miedo, oleadas de miedo, cada día, semana, mes, el objeto de nuestro miedo va variando y ahora los titulares son ocupados por el nuevo virus de la gripe. Claro que hay gripe, claro que es muy contagiosa, claro que algunas personas mueren; pero ¿no habrá algo más detrás del asunto?
No sólo la manipulación política del caso en nuestro país esperando el resultado finalmente adverso de las elecciones. No sólo las multinacionales experimentando con el miedo y generando pestes para fabricar vacunas que en apariencia las combatan, con el tendal de dólares incorporado, hasta la próxima temporada con su correspondiente peste. ¿No será que la naturaleza humana cuando la mente la puede, cuando no hay un despertar espiritual profundo, es pasto fácil de cultivo de laboratorios y gobiernos?
El miedo es tan fácil de manejar y nacemos con miedo, vivimos con miedo y morimos con miedo. Cuidarse sí, ser prudentes, alimentarse bien, cambiar la estructura de nuestra alimentación, elevar las defensas desde el pensamiento y la emoción positiva, desde las endorfinas y el amor por la existencia; pero no comerse gato por liebre.
No vivir pendientes de los agoreros, de los apocalípticos, que necesitan contaminar a la gente con futuros temibles, para reinar dentro de la división. Perfecto, no se actuó a tiempo, y desde cuándo uno iba a pretender que las autoridades lo hicieran?
Está en Uno hacerse reflexivo, dejar de consumir la venta de la basura y hacerse fuerte en su visión interna. Generar una fuente de poder tan firme que no haya virus que se meta en forma destructiva. La comprensión de que somos tanto más que lo que se nos dice que somos, es la línea que separa al dormido del despierto. Quien despierta se hace dueño de su vida diaria, y el miedo es el antítesis del despertar.
El miedo es el ego con que se nos cría y alimenta desde el poder de turno, con el nombre propio que Ustedes le quieran poner, pero no sólo en la Argentina, en cada rincón donde la oscuridad, intenta velar la luz con la que hemos nacido.
Un cuento sufí dice que Iba La Peste camino a Bagdad cuando se encontró con Nasrudin. Él le preguntó ¿A dónde vas? La Peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas". Después de un tiempo, La Peste volvió a encontrarse con Nasrudín, que muy enojado, le dijo: "Me mentiste. Dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil". Y La Peste respondió: "Yo no mentí, maté diez mil, el resto... se murió de miedo".
Hermanos queridos, la peste primero aparece en la mente y después invade el cuerpo. Sáquensela de raíz.
Millón de abrazos.
Gracias por existir
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¿Qué es peor la gripe a o la ignorancia?
Gente querida, si siempre les decimos gracias por existir, hoy más que nunca queremos reforzar la convicción de que ese que profundiza en su interior y percibe su potencial es quien más rápidamente sana su vida. A esta altura del partido, todos hemos estado en contacto con el virus, ya las autoridades se apuran a abrir paragüas y a aclarar que en un mes todos habremos conocido a alguien infectado. Lo cierto, es que ya estamos en esa etapa, y obviamente, no todos nos hemos enfermado hasta el momento.
¿De qué depende entonces el contagio? No hay que ser muy sutil para entender que el ataque de cualquier virus sólo es frenado por el estado de las defensas del cuerpo y ¿de qué depende ese estado inmunológico elevado? De varios factores, o de uno sólo, la fortaleza o la debilidad física provienen de aquello que ingresa a nuestro cuerpo. La comida que entra literalmente por la boca y también lo que captan nuestros sentidos y alimenta las emociones.
Supongamos que Ustedes están bien nutridos con las proporciones correctas de alimentos que el organismo necesita. Faltaría una extensión de la pregunta: ¿qué leen? ¿qué ven por televisión? ¿qué escuchan por radio o por la calle? ¿con quiénes se encuentran y qué comparten? ¿qué relaciones están teniendo a diario, máxime con los seres con los que comparten varias horas al día?
Grandes médicos en el mundo basan sus estudios en lo emocional como causa principal de la enfermedad. Qué es lo que hace que un virus ataque a uno y no a otro o que apenas mande a la cama a uno y mate al otro. La desnutrición mata, pero también la tensión extrema, la tristeza, la baja estima, la carencia económica y la espiritual se dan la mano e invitan a la pandemia a que haga estragos; si a esto le sumamos la invasión de los medios en un regodeo morboso de los muertos reales y los potenciales, y sí, es un acto heróico mantenerse a salvo.
Pero ustedes amigos del alma, tienen los elementos para lograrlo, no estén con la mente todo el tiempo en el mundo, vayan a su corazón y sepan que son seres divinos, viviendo una experiencia humana, y que la sabiduría es vivir ese aprendizaje con coraje, grandeza, y reafirmando una y otra vez que lo contrario al miedo es el amor.
Quien ama, vive.
Vive en serio.
Así que gracias a estas gripes del miedo, podemos sanar el cuerpo y amar como quizás no lo hemos hecho hasta ahora.
Amarnos y amar al otro.
Todos estamos expuestos cada día a los virus, al de la gripe A y al de la ignorancia, a las pestes de turno y a los negociados del puñado que se juega a las cartas al planeta y sólo recuerden datos como estos. En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de la malaria, que se podría prevenir con un mosquitero.
Y de eso no se habla...
En el mundo, cada año, mueren dos millones de niños y niñas de diarrea, que se podría curar con un suero oral de menos de un dólar.
Y de eso tampoco se habla...
Sarampión, neumonía, enfermedades curables con vacunas baratas, provocan la muerte de diez millones de personas en el mundo cada año.
Y eso tampoco se difunde...
Gente divina, gracias por existir.
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Lista de Claudio María Domínguez
www.claudiomdominguez.com.ar
Si desea recibir estos mensajes pídalos a info@claudiomdominguez.com.ar
Los Cuatro No-Movimientos de la Mente - 1 -
Presentados por Carlos Silva en su libro "El Cuarto Movimiento - Mi vida con Krishnamurti", son la esencia misma de la autoindagación.
No son, como su nombre lo indica, cuatro movimientos o acciones que halla que realizar, sino, por el contrario, la negación de los cuatro movimientos equivocados de la mente.
Usted no es distinto o ajeno o separado del fluir de la Vida, de la totalidad.
Usted no es distinto del movimiento unitario de la Vida.
Por lo tanto no hay nada, ningún movimiento que hacer para "volver" a ser uno con ella.
No hay ni un lugar al cual regresar ni un "alguien" separado que regrese a fundirse.
Sin indentificarnos con una historia que nos haga sentirnos como si estuviéramos separados de la vida, nos damos cuenta de que siempre hemos estado en casa.
Y esa identificación con una historia es el resultado de cuatro movimientos equivocados que hace la mente; movimientos que si pueden aplicar externamente, pero que no lo hacen en relación a lo interno.
Cuáles son éstos cuatro movimientos equivocados?
1-Desobedecer a la sensibilidad-percepción-inteligencia.
2-Asumir una "necesidad" interior como requisito previo para poder "llegar a sentirme en comunión", volver a "tener" mi Ser, volver a SER.
3-Nombrar, mirar desde una idea, etiqueta o historia sobre lo que es.
4-Escapar hacia una "dualidad" mental inexistente, una fantasía que contraponemos a la realidad dándole mentalmente el mismo valor que a lo que es.
Se comienza por uno y se activan todos en mayor o menor grado.
Con esto cuatro movimientos aplicados a lo interno la mente crea una ilusión en la cual se ve presa.
Prisión que es en realidad, inexistente, carente de realidad, pero que no lo parece hasta que no indagamos en la historia que la mente ha tejido.
Cuáles son, por tanto, los cuatro no-movimientos de la mente?
Citando a Carlos Silva, son: " ¿Puedo yo obedecer? Detenerme. No nombrar. No escapar."
"¿Puedo yo obedecer?"; pues la sensibilidad que es inteligencia, inherente a la percepción me "dice" en cada momento lo que es asunto mío, me reclama a eso, a responder a esa realiad.
Dejar de ocuparme de lo que es asunto mío, de aquello que reclama mi responsabilidad, mi respuesta a la realidad, para pre-ocuparme de lo que no es asunto mío, de lo que no depende de mi ni reclama por tanto ninguna respuesta por parte mía, es desobedecer a esa sensibilidad-inteligencia que es el orígen de toda y cualquier acción correcta.
Es dejar de hacer como se siente para tratar de hacer como no se siente; y su único resultado es la inevitable sensación de desconección, tensión, agotamiento y frustración que este "desconectarse" de la propia sensibilidad-conciencia-inteligencia conlleva.
Es "dejar de hacer lo que hay que hacer y de decir lo que hay que decir para hacer lo que no hay que hacer y decir lo que no hay que decir cuando no hay que decirlo".
"Detenerme"; dejar de asumir por asumir, que necesito que tal o cual cosa sea así o asá para yo poder sentirme..., cuestionar, indagar en la realidad o falta de realidad de dicha premisa; dejar de buscar para "llegar a ser", para "volver a ser".
"No nombrar"; no mirar desde la etiqueta, desde la idea de como algo es o debería ser, sentir, que es sentirse frente y en la realidad sin un "yo" sintiendo, sin una "guía interior" o autoridad interna que dicte sobre mi sensibilidad desnuda.
"No escapar"; a "otra realidad", al mundo de como algo fue o debería ser o volver a ser. Pues cuando la mente no se da cuenta que no existe tal "dualidad" entre lo que es y lo que "debería", asume a ambas como "realidades" con el consiguiente sentido interior de fragmentación, conflicto y confusión, y se lanza a la "búsqueda" de lo que "debería" ser, luchando con la vida por conseguir concretar dicha "necesidad" interior para poder volver a sentirse así en paz.
"¿Puedo yo obedecer? Detenerme. No nombrar. No escapar."
La cancelación de los movimientos equivocados de la mente es lo único que se requiere para dejar de sentirmos "separados" de la realidad.
No algo que hacer, sino que dejar de hacer.
No para "volver" sino para darse cuenta que nunca hemos partido.
Simplemente es cuestión de indagar, cuando la sensibilidad a través de la tensión o malestar interior así lo reclamen.
Indagar sobre la realidad o falta de realidad de esa historia mental que dice que la vida y uno son dos cosas distintas.
Es todo lo necesario para que la bruma si disipe por la acción espontánea de la verdad-sensibilidad iluminando la realidad.
Después de "terminada" la "separación", después no hay más después...
Ni memoria psicológica, ni "yo-separado", ni nada que hacer...
Hay sólo lo que siempre hubo, la Vida siendo usted...
Richard Mesones.
No son, como su nombre lo indica, cuatro movimientos o acciones que halla que realizar, sino, por el contrario, la negación de los cuatro movimientos equivocados de la mente.
Usted no es distinto o ajeno o separado del fluir de la Vida, de la totalidad.
Usted no es distinto del movimiento unitario de la Vida.
Por lo tanto no hay nada, ningún movimiento que hacer para "volver" a ser uno con ella.
No hay ni un lugar al cual regresar ni un "alguien" separado que regrese a fundirse.
Sin indentificarnos con una historia que nos haga sentirnos como si estuviéramos separados de la vida, nos damos cuenta de que siempre hemos estado en casa.
Y esa identificación con una historia es el resultado de cuatro movimientos equivocados que hace la mente; movimientos que si pueden aplicar externamente, pero que no lo hacen en relación a lo interno.
Cuáles son éstos cuatro movimientos equivocados?
1-Desobedecer a la sensibilidad-percepción-inteligencia.
2-Asumir una "necesidad" interior como requisito previo para poder "llegar a sentirme en comunión", volver a "tener" mi Ser, volver a SER.
3-Nombrar, mirar desde una idea, etiqueta o historia sobre lo que es.
4-Escapar hacia una "dualidad" mental inexistente, una fantasía que contraponemos a la realidad dándole mentalmente el mismo valor que a lo que es.
Se comienza por uno y se activan todos en mayor o menor grado.
Con esto cuatro movimientos aplicados a lo interno la mente crea una ilusión en la cual se ve presa.
Prisión que es en realidad, inexistente, carente de realidad, pero que no lo parece hasta que no indagamos en la historia que la mente ha tejido.
Cuáles son, por tanto, los cuatro no-movimientos de la mente?
Citando a Carlos Silva, son: " ¿Puedo yo obedecer? Detenerme. No nombrar. No escapar."
"¿Puedo yo obedecer?"; pues la sensibilidad que es inteligencia, inherente a la percepción me "dice" en cada momento lo que es asunto mío, me reclama a eso, a responder a esa realiad.
Dejar de ocuparme de lo que es asunto mío, de aquello que reclama mi responsabilidad, mi respuesta a la realidad, para pre-ocuparme de lo que no es asunto mío, de lo que no depende de mi ni reclama por tanto ninguna respuesta por parte mía, es desobedecer a esa sensibilidad-inteligencia que es el orígen de toda y cualquier acción correcta.
Es dejar de hacer como se siente para tratar de hacer como no se siente; y su único resultado es la inevitable sensación de desconección, tensión, agotamiento y frustración que este "desconectarse" de la propia sensibilidad-conciencia-inteligencia conlleva.
Es "dejar de hacer lo que hay que hacer y de decir lo que hay que decir para hacer lo que no hay que hacer y decir lo que no hay que decir cuando no hay que decirlo".
"Detenerme"; dejar de asumir por asumir, que necesito que tal o cual cosa sea así o asá para yo poder sentirme..., cuestionar, indagar en la realidad o falta de realidad de dicha premisa; dejar de buscar para "llegar a ser", para "volver a ser".
"No nombrar"; no mirar desde la etiqueta, desde la idea de como algo es o debería ser, sentir, que es sentirse frente y en la realidad sin un "yo" sintiendo, sin una "guía interior" o autoridad interna que dicte sobre mi sensibilidad desnuda.
"No escapar"; a "otra realidad", al mundo de como algo fue o debería ser o volver a ser. Pues cuando la mente no se da cuenta que no existe tal "dualidad" entre lo que es y lo que "debería", asume a ambas como "realidades" con el consiguiente sentido interior de fragmentación, conflicto y confusión, y se lanza a la "búsqueda" de lo que "debería" ser, luchando con la vida por conseguir concretar dicha "necesidad" interior para poder volver a sentirse así en paz.
"¿Puedo yo obedecer? Detenerme. No nombrar. No escapar."
La cancelación de los movimientos equivocados de la mente es lo único que se requiere para dejar de sentirmos "separados" de la realidad.
No algo que hacer, sino que dejar de hacer.
No para "volver" sino para darse cuenta que nunca hemos partido.
Simplemente es cuestión de indagar, cuando la sensibilidad a través de la tensión o malestar interior así lo reclamen.
Indagar sobre la realidad o falta de realidad de esa historia mental que dice que la vida y uno son dos cosas distintas.
Es todo lo necesario para que la bruma si disipe por la acción espontánea de la verdad-sensibilidad iluminando la realidad.
Después de "terminada" la "separación", después no hay más después...
Ni memoria psicológica, ni "yo-separado", ni nada que hacer...
Hay sólo lo que siempre hubo, la Vida siendo usted...
Richard Mesones.
Los Cuatro No-Movimientos de la Mente - 2 - La pregunta sin respuesta.
Hay infinitas formas de indagar, de autoindagación.
Hay preguntas y más preguntas que señalan a algo, algo que ver, que darse cuenta.
Preguntas que ayudan a ver el absurdo asumido por la mente como si fuera lógico.
Preguntas que ayudan a ver lo equivocado del rumbo que había tomado la atención.
Preguntas cuya respuesta es tan sólo la insinuación del sentir del momento y que por tanto como respuesta tienen la validez que la duración del momento les otorga.
Y preguntas que no tienen respuesta verbal, que señalan más allá de las palabras, o más acá, según se lo vea.
Una pregunta sin respuesta verbal es la sentencia de muerte del pensamiento conceptual respecto de eso sobre lo que se pregunta.
Obedecer, en el sentido de sumisión o sujección de todas nuestras fuerzas vitales al indicativo de nuestra sensibilidad-inteligencia-percepción, estar dispuesto a obedecer, a escucharse, es todo lo que es necesario para que lo demás se de.
Qué demás?
Detenerse. No nombrar. No escapar.
Detenerse; de tener ser...
Al detenerse, al dejar de ir en busca del ser, se descubre sin buscarlo, que se Es.
Que uno es el Ser, que uno es Eso que Es; que "el Ser" es Uno Mismo también!
Detenerse permite a Ser darse cuenta de ser el Ser!, el SER que se da cuenta de Si-Mismo.
Nunca hubo en la realidad ninguna "búsqueda del Ser"; lo que hubo fue el Ser, ignorante de Si-mismo, buscando, buscándose...
No nombrar... Sobran las palabras...
No escapar, no moverse interiormente, no hacer nada ni disimular ni tratar de ni nada. Permanecer en ello, "con" ello, como ello...
Las preguntas sin respuesta ayudan a detener la mente.
Al preguntarse y no reponderse verbalmente, la atención desprendida del lastre de las palabras y conceptos navega hacia la fuente, hacia el orígen de la pregunta.
La atención sin la distorsión de las palabras siente, ve, se da cuenta.
"¿Puedo yo obedecer". Detenerme. No nombrar. No escapar.
Una pregunta sin respuesta que trato de responder es un acto de desobediencia a la inteligencia.
Es tratar de "ser listo".
Es ser estúpido.
Qué hay al final de una pregunta sin respuesta?
Lo mismo que había antes de esta.
Qué se gana con la misma?
Nada.
Qué se pierde con la misma?
La ignorancia; la ignorancia de lo que verdaderamente se es, del que pregunta.
Con el ver, el darse cuenta, el ignorante desaparece; lo real es lo que queda.
Pregunta sin respuesta: ¿Desde dónde se está mirando?
Independientemente del paisaje frente al cual nos pudiésemos encontrar en el momento que fuese de nuestra vida, independientemente de frente a quien o con quien, o de en qué condiciones...
¿Desde dónde se está mirando?
¿DESDE DÓNDE SE ESTÁ MIRANDO?
Descubra eso, y toda su búsqueda habrá terminado.
Richard Mesones.
Hay preguntas y más preguntas que señalan a algo, algo que ver, que darse cuenta.
Preguntas que ayudan a ver el absurdo asumido por la mente como si fuera lógico.
Preguntas que ayudan a ver lo equivocado del rumbo que había tomado la atención.
Preguntas cuya respuesta es tan sólo la insinuación del sentir del momento y que por tanto como respuesta tienen la validez que la duración del momento les otorga.
Y preguntas que no tienen respuesta verbal, que señalan más allá de las palabras, o más acá, según se lo vea.
Una pregunta sin respuesta verbal es la sentencia de muerte del pensamiento conceptual respecto de eso sobre lo que se pregunta.
Obedecer, en el sentido de sumisión o sujección de todas nuestras fuerzas vitales al indicativo de nuestra sensibilidad-inteligencia-percepción, estar dispuesto a obedecer, a escucharse, es todo lo que es necesario para que lo demás se de.
Qué demás?
Detenerse. No nombrar. No escapar.
Detenerse; de tener ser...
Al detenerse, al dejar de ir en busca del ser, se descubre sin buscarlo, que se Es.
Que uno es el Ser, que uno es Eso que Es; que "el Ser" es Uno Mismo también!
Detenerse permite a Ser darse cuenta de ser el Ser!, el SER que se da cuenta de Si-Mismo.
Nunca hubo en la realidad ninguna "búsqueda del Ser"; lo que hubo fue el Ser, ignorante de Si-mismo, buscando, buscándose...
No nombrar... Sobran las palabras...
No escapar, no moverse interiormente, no hacer nada ni disimular ni tratar de ni nada. Permanecer en ello, "con" ello, como ello...
Las preguntas sin respuesta ayudan a detener la mente.
Al preguntarse y no reponderse verbalmente, la atención desprendida del lastre de las palabras y conceptos navega hacia la fuente, hacia el orígen de la pregunta.
La atención sin la distorsión de las palabras siente, ve, se da cuenta.
"¿Puedo yo obedecer". Detenerme. No nombrar. No escapar.
Una pregunta sin respuesta que trato de responder es un acto de desobediencia a la inteligencia.
Es tratar de "ser listo".
Es ser estúpido.
Qué hay al final de una pregunta sin respuesta?
Lo mismo que había antes de esta.
Qué se gana con la misma?
Nada.
Qué se pierde con la misma?
La ignorancia; la ignorancia de lo que verdaderamente se es, del que pregunta.
Con el ver, el darse cuenta, el ignorante desaparece; lo real es lo que queda.
Pregunta sin respuesta: ¿Desde dónde se está mirando?
Independientemente del paisaje frente al cual nos pudiésemos encontrar en el momento que fuese de nuestra vida, independientemente de frente a quien o con quien, o de en qué condiciones...
¿Desde dónde se está mirando?
¿DESDE DÓNDE SE ESTÁ MIRANDO?
Descubra eso, y toda su búsqueda habrá terminado.
Richard Mesones.
¡Algo extraordinario!
Nuestra búsqueda de lo extra-ordinario es la versión afirmativa de nuestra resistencia a la vida tal cual es.
Disfrazado de deseo y aspiración, es en realidad, odio.
Es la marca distintiva de la humanidad, su constante rechazo de la existencia y su tan demencial como absurda pretensión de modificar el existir mediante la prepotencia de la imposición.
"La vida no puede ser sólo esto, tiene que ser algo más".
Suena muy bien, casi como un imperativo incuestionable si no se quiere ser etiquetado de conformista, resignado, etc.
Su consecuencia más evidente, esa casi constante sensación de alienación con que el 99,99% de la humanidad transcurre su tiempo vital.
Ese no saber, no entender ni tener siquiera idea de por qué, cómo, para qué ni con que fin se está acá.
El ser humano es un animal que siempre quiere estar en otro lado, nunca en donde está.
Un ser que quiere siempre ser "otro" ser, no este ser que está acá ahora.
Quiere ser "algo más".
Y para eso siempre tiene que estar haciendo "algo más".
Es nuestra búsqueda de "lo extraordinario", en cualquiera de sus formas: llegar a ser así o asá, "mejor" que los demás.
Por eso idolatramos a los egos que destacan de la corriente, y aún cuando condenamos a muchos por destacar, lo hacemos sólo cuando destacan en un sentido contrario a nuestras ideas de cómo debería destacar.
Buscamos lo extraordinario como un antídoto, aunque más no sea temporal, que nos saque de este aburrimiento mortal en que transcurrimos nuestro existir sin sentido.
Vamos trás el hombre o la mujer que dicen haber dado con, haber logrado, con la esperanza de que "algo nos suceda" en su presencia.
"Es un ser extraordinario!", y en dicha oración va implícita nuestra esperanza moribunda de que por el milagro de sentarme "a sus pies", algo de lo de él o ella se me pegue a mi, para así ser "extraordinario" yo también.
El hombre simple no hace ruido.
Es como la vida es; simple, indefinible, natural, desconocido, inclasificable.
Para él la vida no tiene etiquetas; no es ni "material" ni "espiritual", ni "secular" ni "esotérica", ni "profana" ni "sagrada", ni "maldicíón" ni "bendición".
Ninguna etiqueta puede rozar siquiera la esencia de la vida.
Su naturaleza es que es indescriptible, siempre.
Así, quien es uno con la vida no tiene una "meta" para "llegar a ser"; no tiene ningún propósito, como la vida.
La vida no tiene propósito, ella es su propio propósito.
Y la vida, Eso, es esto.
Nada extraordinario.
Nada que ver con ese "algo" con el cual se nos va la primavera persiguiéndolo.
Como un hamster en su rueda, sin llegar a ningún lado, sin moverse del lugar, hasta morirse agotado...
Extraordinario va a ser el día que dejemos de buscar y perseguir lo extraordinario.
Ese día dejaremos de sentirnos "aislados" de la esencia de la vida, del "secreto" de la vida.
Sin nada más que hacer salvo vivir, ¡vivir!
¡Sin más propósito que vivir!
Sin desiciones acertadas o equivocadas que tomar para tratar de llegar a ningún lado.
Sin nada más trás lo que correr, nunca más...
Sólo detenerse, y contemplar... el inigualable espectáculo que se despliega frente a nosotros pura y exclusivamente para nuestro entero regocijo.
Sin nada que modificarle, nada en que "mejorarlo".
Lo desconocido, disfrazado de finito, danzando entre las dos orillas abismales del misterio, por un rato.
Por el rato que dure la función...
Ese día no me habré convertido en "alguien extaordinario" yo también.
No.
Ese día habré accedido al secreto simple y desnudo de la vida, a saber: que "yo" (el buscador de lo extraordinario) no soy.
Que sólo la vida es.
Y como espectáculo, como presente, nada es más grande que este privilegio de contemplar la danza sin motivo de lo infinito..., lo infinito disfrazado de finitud, por un rato...
Nada es tan extraordinario...
Richard Mesones.
Disfrazado de deseo y aspiración, es en realidad, odio.
Es la marca distintiva de la humanidad, su constante rechazo de la existencia y su tan demencial como absurda pretensión de modificar el existir mediante la prepotencia de la imposición.
"La vida no puede ser sólo esto, tiene que ser algo más".
Suena muy bien, casi como un imperativo incuestionable si no se quiere ser etiquetado de conformista, resignado, etc.
Su consecuencia más evidente, esa casi constante sensación de alienación con que el 99,99% de la humanidad transcurre su tiempo vital.
Ese no saber, no entender ni tener siquiera idea de por qué, cómo, para qué ni con que fin se está acá.
El ser humano es un animal que siempre quiere estar en otro lado, nunca en donde está.
Un ser que quiere siempre ser "otro" ser, no este ser que está acá ahora.
Quiere ser "algo más".
Y para eso siempre tiene que estar haciendo "algo más".
Es nuestra búsqueda de "lo extraordinario", en cualquiera de sus formas: llegar a ser así o asá, "mejor" que los demás.
Por eso idolatramos a los egos que destacan de la corriente, y aún cuando condenamos a muchos por destacar, lo hacemos sólo cuando destacan en un sentido contrario a nuestras ideas de cómo debería destacar.
Buscamos lo extraordinario como un antídoto, aunque más no sea temporal, que nos saque de este aburrimiento mortal en que transcurrimos nuestro existir sin sentido.
Vamos trás el hombre o la mujer que dicen haber dado con, haber logrado, con la esperanza de que "algo nos suceda" en su presencia.
"Es un ser extraordinario!", y en dicha oración va implícita nuestra esperanza moribunda de que por el milagro de sentarme "a sus pies", algo de lo de él o ella se me pegue a mi, para así ser "extraordinario" yo también.
El hombre simple no hace ruido.
Es como la vida es; simple, indefinible, natural, desconocido, inclasificable.
Para él la vida no tiene etiquetas; no es ni "material" ni "espiritual", ni "secular" ni "esotérica", ni "profana" ni "sagrada", ni "maldicíón" ni "bendición".
Ninguna etiqueta puede rozar siquiera la esencia de la vida.
Su naturaleza es que es indescriptible, siempre.
Así, quien es uno con la vida no tiene una "meta" para "llegar a ser"; no tiene ningún propósito, como la vida.
La vida no tiene propósito, ella es su propio propósito.
Y la vida, Eso, es esto.
Nada extraordinario.
Nada que ver con ese "algo" con el cual se nos va la primavera persiguiéndolo.
Como un hamster en su rueda, sin llegar a ningún lado, sin moverse del lugar, hasta morirse agotado...
Extraordinario va a ser el día que dejemos de buscar y perseguir lo extraordinario.
Ese día dejaremos de sentirnos "aislados" de la esencia de la vida, del "secreto" de la vida.
Sin nada más que hacer salvo vivir, ¡vivir!
¡Sin más propósito que vivir!
Sin desiciones acertadas o equivocadas que tomar para tratar de llegar a ningún lado.
Sin nada más trás lo que correr, nunca más...
Sólo detenerse, y contemplar... el inigualable espectáculo que se despliega frente a nosotros pura y exclusivamente para nuestro entero regocijo.
Sin nada que modificarle, nada en que "mejorarlo".
Lo desconocido, disfrazado de finito, danzando entre las dos orillas abismales del misterio, por un rato.
Por el rato que dure la función...
Ese día no me habré convertido en "alguien extaordinario" yo también.
No.
Ese día habré accedido al secreto simple y desnudo de la vida, a saber: que "yo" (el buscador de lo extraordinario) no soy.
Que sólo la vida es.
Y como espectáculo, como presente, nada es más grande que este privilegio de contemplar la danza sin motivo de lo infinito..., lo infinito disfrazado de finitud, por un rato...
Nada es tan extraordinario...
Richard Mesones.
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