EL MISTERIO DE LA VIDA.
La vida esta enamorada de la muerte.
La muerte esta enamorada de la vida.
No hay voluntad que pueda separar el abrazo de amor entre la vida y la muerte.
El mundo en el que se sobrevive, su mundo, es el resultado de ese esfuerzo de separar-se, alejar-se e ilusionar-se con lo que no llegarà nunca, lo que esta sucediendo en cada instante: el vivir-morir que es amar.
Cuando no se acepta la unidad indivisible que es el vivir-morir, se cae en manos del placer-dolor y tambièn nace el esfuerzo frustrante por separarlos. La voluntad de separar el placer del dolor, evitar el uno y alcanzar el otro, contiene el germen de toda corrupciòn y sufrimiento.
SIENTA AMOR AMANDO AHORA.
La vida es un ocèano de felicidad y amor.
La felicidad y el amor son el ùnico material que constituye la vida.
El miedo a la felicidad es el autor de todo el mundo de fantasìa dolorosa en que Ud. sobrevive.
¿Puedo yo no poner-me en el lugar de los demàs para saber?
¿Puedo yo dar-me cuenta antes, en vez de odiar-me despuès?
¿Puedo yo no repetir el error de los demàs que es el repetir el error de los demàs que es el repetir el error?
El querer saber es-en-si querer saber anticipadamente, lo que es premeditaciòn. Esta voluntad està en la raìz del nombrar.
El querer saber es intenciòn premeditada de anticipadamente saber, para evitar lo temido que es la felicidad y el amar que es dar-recibir.
Una cosa es sentir miedo. Otra es sintièndolo, entregarse a èl como sinònimo del bien. Otra es sobreponerse al miedo y entregar-se a hacer lo que no hay que hacer.
Una cosa es sentirs-se atemorizado y huir del atemorizador.
Otra es atemorizar. ¿En cuàl de ellos està Ud. ahora?
Cuando asume ser el atemorizador, ¿no se da cuenta de ser el atemorizado?
Cuando se siente atemorizado, ¿no se da cuenta de ser el atemorizador?
Cualquiera sea su respuesta està Ud. perdido. Sòlo le queda el conocerse a si-mismo.
El conocimiento del ser tiene un sòlo camino. Nièguele la atenciòn a los objetos del miedo, del deseo, de la envidia, de los celos, del odio, del egoìsmo y dirija la atenciòn al sujeto de todas estas sensaciones. Cuando lea o escuche no preste atenciòn a lo que oye o lee, pues esto se hace solo, sin esfuerzo. Dirija la atenciòn a las respuestas que da "Hal"-el computer central- en el cuarto de la fantasìa al centro del sistema defensivo.
Si lo hace, comenzarà a ver que los objetos pierden fuerza y el dictador inobservado serà cada vez mas aparente. Cuanto màs cerda de èl, verà que cada vez tiene menos fuerza y cuando lo tenga a su alcance, abràcelo. Es alèrgico al amor y morirà.
Es inaceptable para la contradicciòn egocèntrica el que todo el Universo sea sòlo para èl y para nadie màs. La generosidad de la ignorancia egocèntrica no lo acepta. Lo considera un egoìsmo!
El miedo es el disfraz del deseo. El deseo es el disfraz del miedo. El esfuerzo por separar el miedo del deseo y que el deseo no desee lo temido y que el miedo no tema lo deseado, es tan vano y fùtil como el esfuerzo por separar el dolor del placer.
Escrito de Carlos Silva.
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