Tratar de entender...

Querer entender-saber-anticipar el fluir, que es la manifestación del misterio de la vida, es lo que nos “separa” de él, es la resistencia con la cual dejamos de ser-en-comunión con-en el misterio.

Así es como nos “convertimos” a nuestros propios ojos en un supuesto “yo” en “el mundo”, aparentemente separado del fluir del todo, contraído, con ese inherente sentido de carencia, de in-completitud, de inseguridad, y de constante necesidad.

Tratamos de entender el misterio de la vida en vez de vivirlo.

Este “separarnos”, esta resistencia a ser-en-comunión-sin-definirnos es la raíz misma del conflicto, la lucha , la confusión y el sufrimiento.

Querer entender el misterio de la vida nos deja enredados en lo entendible-descriptible, a saber: sus cambiantes apariencias, sus temporales y efímeras manifestaciones.

¡¿Quién dijo que la vida era para ser entendida?!

Sólo lo aparente, la manifestación efímera de lo inmanifiesto, es descriptible.
Sólo lo que uno no es puede ser entendido-conocido-descrito.
Lo que no es un objeto, no puede ser descrito-conocido objetivamente.

Aquello que la conciencia resiste, queda presa de ello;
aquello con lo que la conciencia entra en comunión, va más allá de ello.

Somos el misterio de la vida tomando conciencia de si mismo.

Sin tratar de entender dicho misterio no hay mas separación; comenzamos a sentirnos uno con y en él.

Comenzamos a vivir-ser en comunión, en unidad, con la esencia misma de la vida.

Siendo sin “conocer” eso que somos..., siendo en lo indescriptible y formando “parte” de ello...


Richard Mesones.

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