Una situación es un acontecimiento externo al propio ser.
Ocurre no al ser, sino para el ser.
Un sentimiento es un acontecimiento interno en el propio flujo emocional.
Ocurre no al ser, sino en el ser; en la conciencia como espaciosidad o capacidad para darse cuenta de que momentáneamente se siente así.
Sin sentimientos conflictivos, sin conflictividad anímica en relación a cualquier situación dada, esta podrá ser por su misma naturaleza placentera o dolorosa, pero
jamás será un problema en si misma.
El sufrimiento en relación a cualquier situación, sin exepción, viene dado no por la situación misma sino por nuestro aferrarnos a determinados sentimientos en relación a dicha situación.
Si no, piense: sin los sentimientos con que habitualmente nos empantanamos mentalmente en algo que aconteció, ¿tendría esa situación por si misma algún significado especial o importancia para nosotros?
Si algo no tiene para mi ninguna carga emocional asociada, ¿significa algo para mi?
Liberación interior es liberar el flujo emocional que trae los sentimientos y que asimismo los disuelve en su propio fluir.
Aquello que ato me ata; aquello que libero me libera.
Buscar sentirse así o asá en relación a cualquier situación es resistir al fluir emocional.
Toda "búsqueda interior" es en si misma escape de lo que es, es resistencia.
Toda búsqueda es la búsqueda de un estado.
Es querer sentirme "sólo así".
Toda búsqueda es alejarse.
Ya sea a través del aferrarme a un sentimiento o idea de como "debería" sentirme, o rechazando diréctamente el como me siento; ya sea entregándome a la expresión compulsiva y repetitiva de un sentimiento o ya sea reprimiéndolo en el nombre del como "debería" sentirme, el resultado es siempre el mismo: la sensación interior de ser un "yo" separado, una entidad aislada del fluir de la vida, en conflicto constante con la misma, siempre teniendo que luchar o negociar para llegar a, para obtener un mendrugo o remedo de paz que sólo dura un segundo.
Cuando el fluir interior es liberado de toda prensión, uno se ve libre de toda demanda o conflicto emocional o interior frente a la vida.
Uno deja de ser "yo" separado, aislado del fluir de la Vida una, de la Unidad.
El sufrimiento no procede jamás de una situación dada, sino de nuestra resistencia al fluir interior que la refleja.
Sin resistencia al flujo de la vida, no hay más "yo", hay sólo la Vida.
La Vida una, la unidad, lo absoluto siendo...
Sin la idea de que debería ser/sentirme de otra manera, o de que la vida debería fluír en el sentido de tal o cual propósito; sin resistencia a la vida que es lo absuluto fluyendo, manifestándose, ya no hay ni sufrimiento ni una identidad separada de lo absoluto, de la vida, de la unidad.
"Usted" no es; usted es en realidad lo Absoluto siendo usted.
Entonces, Esto es ESO.
Y descubrimos que siempre hemos estado en casa...
R
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