Escritos de CARLOS SILVA.

E L M I S T E R I O D E L A V I D A .        Carlos Silva


La vida esta enamorada de la muerte.
La muerte esta enamorada de la vida.

No hay voluntad que pueda separar el abrazo de amor entre la vida y la muerte.

El mundo en el que se sobrevive, su mundo, es el resultado de ese esfuerzo de separar-se, alejar-se e ilusionar-se con que no llegará nunca lo que está sucediendo en cada instante: El vivir-morir que es amar.

Cuando no se acepta la unidad indivisible que es el vivir-morir, se cae en manos del placer-dolor y también nace el esfuerzo frustrante por separarlos. La voluntad de separar el placer del dolor, evitar uno y alcanzar el otro, contiene el germen de toda corrupción y sufrimiento.

SIENTA AMOR AMANDO AHORA. No hay otro instante.

La vida es un océano de felicidad y amor.
La felicidad y el amor son el único material que constituye la vida.

EL miedo a la felicidad es el autor de todo el mundo de fantasía dolorosa en que Ud. sobrevive.
El miedo a la felicidad se disfraza del miedo al sufrimiento.

¿Puedo yo no poner-me en el lugar de los demás para saber?
¿Puedo yo dar-me cuenta antes, en vez de odiar-me después?
¿Puedo yo no repetir el error de los demás que es el repetir el error de los demás que es el repetir el error?

El querer saber es-en-sí querer saber anticipadamente, lo que es premeditación.
Esta voluntad está en la raíz del nombrar. EL querer saber es intención premeditada de anticipadamente saber, para evitar lo temido que es la felicidad y el amar que es recibir-dar-recibir.

Una cosa es sentir miedo. Otra es sintiéndolo, entregarse a él como sinónimo del bien.
Otra es sobreponerse al miedo y entregar-se a hacer lo que no hay que hacer.

Una cosa es sentir-se atemorizado y huir del atemorizador. Otras es atemorizar. ¿En cuál de ellos está Ud. ahora?
Cuando asume ser el atemorizador, ¿no se da cuenta de ser el atemorizado?
Cuando se siente atemorizado, ¿no se da cuenta de ser el atemorizador?

Cualquiera sea su respuesta está Ud. perdido. Sólo le queda el conocerse a si-mismo.

El conocimiento del Ser tiene un solo camino. Niéguele la atención a los objetos del miedo, del deseo, de la envidia, de los celos, del odio, del egoísmo y dirija la atención al sujeto de todas estas sensaciones.

Cuando lea o escuche no preste atención a lo que oye o lee, pues esto se hace solo, sin esfuerzo.
Dirija la atención a las respuestas que da “Hal” (*) en el cuarto de la fantasía al centro del sistema defensivo.

Si lo hace, comenzará a ver que los objetos pierden fuerza y el dictador inobservado será cada vez mas aparente.
Cuanto más cerca de él, verá que cada vez tiene menos fuerza y cuando lo tenga a su alcance, abrácelo.
Es alérgico al amor y morirá.

Es inaceptable para la contradicción egocéntrica el que todo el Universo sea sólo para él y para nadie más. La generosidad de la ignorancia egocéntrica no lo acepta. Lo considera un egoísmo!

El miedo es el disfraz del deseo. El deseo es el disfraz del miedo. El esfuerzo por separar el miedo del deseo y que el deseo no desee lo temido y que el miedo no tema lo deseado, es tan vano y fútil como el esfuerzo por separa el dolor del placer.

El sueño del deseo es liberar-se del temor y el sueño del temor es liberar-se del deseo. Es el esfuerzo fútil de la ignorancia y su motor de energía auto-generada.

No es posible trascender el plano mental sin ser-sentir-vivir el miedo-deseo y el placer-dolor como la unidad que son.

¿Puedo yo no nombrar para poder ver, sentir, oir y darme cuenta que yo soy yo?
¿Puedo yo no traicionarme? ¿Puedo yo no traicionar-me nombrando?

La utopía de la igualdad y la justicia es el fruto cruel y perverso de la omnipotencia de la demagogia egocéntrica, con la que se pretende demostrar envidiosamente que se es mejor que lo creado.

En dos instantes somos físicamente iguales: al nacer y al morir. En el medio, está el laberinto de causa-efecto-causa, en el que en cada instante Ud. tiene la oportunidad de dar-se cuenta de dar-se cuenta de ser y estar fuera del laberinto.

Para dar-se cuenta de dar-se cuenta es necesario ser capaz de ver y no nombrar lo que se ve.

Dar-se cuenta y no nombrarlo. Sentir-se y no nombrarlo. Oir y no nombrarlo. Si Ud. es capaz de dar-se cuenta, ver, sentir y oir sin nombrarlo estará cara a cara con lo innombrable. Abrácelo o tírese a sus pies y guarde silencio.

Nunca sabrá cómo llegó ahí. Si nace el esfuerzo por saberlo y recordarlo para comerciar con él, se encontrara en la bolsa de la basura, la memoria y vuelta a empezar.

La materialización del sueño tiene riesgo y su precio es el error. Al que le toca el error es un elegido.
Tiene la oportunidad de eternizarse en el infierno autocreado, maldiciendo la vida o entrar en el Paraíso del creador, que está y no está en lo creado.
El que pretenda un sueño perfecto en el sentido más ignorante del término, tiene que detenerse en él.
No pretender materializarlo.


Carlos Silva 1996.

(*) “Hal” es el nombre del computer de “2001 Odisea del Espacio”

E L T E M O R. Carlos Silva


El temor es un dardo envenenado por el pasado, que se localiza en el corazón, paralizándolo. El temor es el verdadero núcleo central de lo que llamamos “yo”. El yo, ego, mí, es la única causa de todo lo indeseable.

La vida esta moldeada por el temor al dolor. El dolor a perder. El dolor a no ganar. EI dolor de ser engañado.
El temor al dolor es el temor a los demás, pues siempre el dolor viene a través de los demás, en la relación con los demás.

El temor es una creación del pasado que pretende prevenir, anti­cipar, evitar que suceda todo lo doloroso.
El temor para evitar lo doloroso e indeseable, lo proyecta todo el tiempo.
El temor no tiene realidad en el presente, ni tampoco vida en sí.
El temor saca ventajas del dolor.

¿El dolor es anterior al temor? ¿Cuál es la verdadera causa del dolor?

La estúpida mente humana piensa que el dolor es necesario. El dolor de la pérdida es necesario porque sino lo perdería todo. Si fuese feliz en la pérdida como en la ganancia, lo perdería todo sin darme cuenta. Esta es la lógica de la mente. Tiene que haber incendios, sino ¿que harían los bomberos?

Aterrorizado por el temor de que los demás se den cuenta, me pongo en el lugar de los demás para evitar que se den cuenta.
La mente-yo-ego-temor acusa a los demás. Toda acusación es la prue­ba de la culpabilidad del que acusa. El yo se oculta acusando, proyec­tando su culpabilidad “afuera”.

El temor me acusa de lo que no sucedió, me amenaza con lo que podría suceder, con lo que podría haber sucedido.
El temor que los demás se den cuenta.
El deseo de ocultarse de los demás.
El temor a no ser reconocido.
El deseo de ser reconocido.

El miedo se oculta amenazando y tratando de que no suceda lo que ya sucedió y está sucediendo. Caos y contracción sin fin.
El temor dice que para evitar el caos se debe afirmar y fortalecer lo que está, qué es el temor-caos.
El temor, que es el pasado, da la ilusión de protegernos de1 futuro. El querer saber anticipadamente representando lo que sucederá en el fututo abre la puerta a la expresión del pasado, el temor, la irracionalidad.

El temor, el dolor y el placer van siempre juntos.

El temor amenaza con el dolor, dando simultáneamente placer. Así la víctima se entrega y se corrompe mas y mas.

¿Puedo yo darme cuenta del temor en si mismo?
¿Puedo yo ver el temor desde si en si?
¿Puede el temor-yo darme cuenta que a quien corrompo es a mi?
¿Puedo yo darme cuenta del dolor?





Carlos Silva.

R E A C C I O N. Carlos Silva


Resistir y reaccionar me obligan a hacer lo que no quiero hacer. La reacción hace lo que los demás quieren que se haga.

Yo confundí y confundo los hechos con la reacción. Yo le adjudiqué, supuse intención y mala intención a los hechos que no pude enfrentar adecuadamente, que no comprendí, que me derrotaron y con los que perdí.

¿Puedo yo darme cuenta las consecuencias de confundir reacción con acción?

Yo reacciono frente a un hecho y no me doy cuenta que el problema está en la reacción y no en el hecho.
Es mi reacción la que produce resultados terribles y no los hechos en los que trato de justificarme, explicarme.

El movimiento-reacción es uno sólo y el mismo: querer saber y/o creer que se sabe. Renunciando querer saber la vida es el “reino de los cielos”.

El hecho es inerte y exterior a uno. La reacción es el hecho en uno, vivificando lo exterior en uno.


Carlos Silva.

DARSE CUENTA. Carlos Silva


¿Puedo yo darme cuenta en el corazón?
¿Por qué yo no me doy cuenta que soy yo?

Uno cree que el no darse cuenta, mejor dicho que el aparentar no darse cuenta, da una gran ganancia.

Puede hacer cantidad de cosas que sino no podría hacer. Se gana tiempo para uno en relación a lo que quieren los demás.
Pero todo esto, tan superficial, hace que uno no se de cuenta más de sí mismo.

Darse cuenta de las implicancias y consecuencias del decidir, es la expresión de la inteligencia. En esto no hay cálculo, ni valorización, ni tiempo. El uno es la negación total del otro.

Es indescriptible el precio que se paga cada instante en que uno no se da cuenta de si.

Darse cuenta es algo totalmente diferente, y la mente nunca lo podrá sustituir.
En el darse cuenta no hay un experimentador separado de la cosa experimentada.
Yo soy la cosa en sí.

En el prever, anticipar, representar, proyectar, imaginar, mentalizar, visualizar, hay siempre un observador, un experimentador temeroso y separado de la cosa experimentada.

¿Puedo darme cuenta yo las consecuencias de confundir el darse cuenta con el reconocer?

¿Puedo?, quiere decir poder. ¿Quiero?, quiere decir deseo. Primero renuncio al poder y después deseo. Esta es la inteligencia del ego.

¿Puedo yo darme cuenta?
¿Quiero yo darme cuenta?
¿Puedo yo darme cuenta de las consecuencias de no darme cuenta que yo soy yo?
¿Puedo yo darme cuenta de las consecuencias de no darme cuenta que estoy solo?
¿Por qué yo no puedo concebir, admitir, reconocer, ver que yo soy yo y que estoy solo?

Yo temo que los demás se den cuenta que yo me doy cuenta.
Temiendo que los demás se den cuenta que yo me doy cuenta, es que simulo no darme cuenta. Así renuncio a darme cuenta. Así aprendí a no darme cuenta.

Yo temo que los demás se den cuenta de lo que yo hago. Pero sólo yo puedo darme cuenta de lo que yo vivo.

Yo creo que son los demás que me espían, sin embargo soy yo que me doy cuenta. En realidad soy yo que huyo y me escondo de mi.
Yo me doy cuenta que los demás en mi soy yo.
Yo proyecto las imágenes de los demás en mí, para evitar que los demás me vean.
Yo proyecto las imágenes de los demás en mi para que los demás no me vean.

¿Dónde yo creo que proyecto las imágenes de los demás?
¿Dónde yo creo que hiero a los demás?
¿Dónde yo creo que castigo a los demás?
¿Dónde yo creo que modifico a los demás?

Creemos defendernos de los demás y nos engañamos a nosotros mismos.

¿Puedo darme cuenta las consecuencias de traicionarme para mostrar que yo no soy yo y que no importa?
¿Puedo darme cuenta las consecuencias de ponerme en el lugar de los demás para aparentar que yo no soy yo?
¿Puedo darme cuenta las consecuencias de separarme y no darme cuenta mas quien soy yo?
¿Puedo darme cuenta las implicancias y consecuencias de temer el dolor?
¿Puedo darme cuenta las implicancias y consecuencias de no darme cuenta que estoy sólo?
¿Puedo darme cuenta las implicancias y consecuencias de imaginar a los demás y no darme cuenta que imagino?
¿Puedo darme cuenta las implicancias y consecuencias de imaginar, suponer, proyectar y no darme cuenta que soy yo que lo hago?
¿Puedo yo darme cuenta las consecuencias de agarrarme a las imágenes y nombres?
¿Puedo darme cuenta las consecuencias de no querer darme cuenta que yo soy yo?
¿Puedo darme cuenta yo que las consecuencias del querer saber las sufro yo?
¿Puedo darme cuenta yo que las consecuencias de toda curiosidad la sufro yo?

El separarme produce la ilusión de no sufrir las consecuencias de los propios pensamientos y acciones.

Yo sufro, y el temor al sufrir me separa de mí, aparentando separarme del dolor.

El temor a los demás me separa de mí para ponerme en el lugar de los demás.

Yo me separo de mí, para obligar a los demás a que se den cuenta de mí.

¿No será más fácil aprender a no separarme y darme cuenta yo de lo que quiero que se den cuenta los demás?



Carlos Silva.

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El Arte de Cuestionarse    


El arte de preguntarse está compuesto de dos, tres, ó cuatro, ó cinco movimientos psíquicos. Menos son, mejor és. Depende del objeto de la investigación. Podemos llamarlos movimientos psicológicos? Porque tienen una secuencia lógica y centran inequívocamente, al sujeto de la mente: el yo.

El yo és el único al que yo debo aprender a preguntar. Cuando el yo pregunta a sí mismo, no hay respuesta verbal. El darse cuenta y el preguntarse; el preguntarse y el darse cuenta de la pregunta, recibiéndola, és en sí la respuesta.

La respuesta nunca és verbal.

El repetir. Es hoy día algo conocido, el que en los primeros 3 años de vida se graba el 50% del condicionamiento que nuestros amados más cercanos transmiten. De ahí la intensidad de la repetición: "!Cuidado con el lobo! !Viene el lobo! !Te llevo al cuarto oscuro!" Sin fin. De los 3 a los 7 años un 35% y hasta los 17 el 15% restante. Después Ud. repite como una más o menos buena máquina.

Como resultado de esta "doma", que vulnerabilidad le ha quedado? Qué caparazón ha desarrollado? Qué Sistema Defensivo tan veloz y anticipativo ha creado? Dependiendo de ello, son necesarios como mínimo, unos 20 minutos de repetición para que una información penetre a la memoria profunda y actúe como una segúnda naturaleza. El repetir incansablemente las acusaciones del miedo han desequilibrado la mente y el corazón.

La búsqueda del sí, que es la inseguridad del ego-yo buscando seguridad, ha sido y és tan obsesiva, que la ha desequilibrado más aún. Las preguntas sin respuesta son lo único que puede equilibrarla. Que cada cosa tenga su lugar y proporción.

El primer movimiento és el reconocimiento afirmativo: Yo sufro.
El segundo és: Yo tengo miedo de sufrir.
El tercero és: convertir la afirmación de que "yo tengo miedo de sufrir", en una pregunta:
¿Yo tengo miedo de sufrir?
El cuarto movimiento consiste en el preguntarse al revés la misma pregunta. Esto és, cambiando el sujeto: Yo, tengo miedo de sufrir? ó Yo sufro porque tengo miedo?
El quinto movimiento és todavía preguntarse: Yo, tener miedo de sufrir, no és un sufrimiento?

1:- Yo tengo miedo de sufrir.
2:- Yo tengo miedo de sufrir?
3:- ó yo sufro porque tengo miedo?
4:- Yo, tener miedo de sufrir, no és un sufrimiento?
Como se ve el movimiento uno y dos lo hemos condensado y partimos de una afirmación: "Yo tengo miedo de sufrir." Las variantes pueden ser muchas. También se puede comenzar del tres, dando por óbvio todo lo anterior. " Yo tengo miedo de sufrir? ó Yo sufro porque tengo miedo? Yo tengo miedo de la soledad. Yo tengo miedo de la soledad? ó Yo estoy aislado porque tengo miedo? Yo, tener miedo de la soledad no és un sufrimiento?
Se puede hacer, como ya hemos dicho, de diversas formas. Lo importante és hacerlo. Si és posible de todas las formas. Al revés y al derecho. A continuación hay una serie de 160 preguntas sin respuesta. Lo que cuenta és cada segundo de trabajo. Con intensidad. Con determinación. Con pasión.

Yo tengo miedo de morir? ó Yo no vivo porque tengo miedo?
Yo, tener miedo de morir, no és un sufrimiento?
Yo tengo miedo de equivocarme? ó Yo me equivoco porque tengo miedo?
Yo, tener miedo de equivocarme, no és equivocado?
Yo tengo miedo de perder? ó Yo pierdo porque tengo miedo?

Tomado del libro "Herramientas de trabajo interior" de Carlos Silva.

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Herramientas de trabajo Interior    de    Carlos Silva



¿Separar-se o no separar-se?

Yo no me separo de mi corazón para saber.
Yo no me separo de mi corazón para escapar.
Yo no me separo de mi corazón para esconderme.
Yo no me separo de mi corazón para acusar.
Yo no me separo de mi corazón para anticipar.
Yo no me separo de mi corazón para ayudar.
Yo no me separo de mi corazón para enseñar.
Yo no me separo de mi corazón para herir.
Yo no me separo de mi corazón para comparar.
Yo no me separo de mi corazón para envidiar.
Yo no me separo de mi corazón para odiar.
Yo no me separo de mi corazón para violentar.
Yo no me separo de mi corazón para frenar.
Yo no me separo de mi corazón para robar.
Yo no me separo de mi corazón para mentir.
Yo no me separo de mi corazón para engañar.
Yo no me separo de mi corazón para trampear.
Yo no me separo de mi corazón para reclamar.
Yo no me separo de mi corazón para obligar.
Yo no me separo de mi corazón para imponer mi voluntad.
Yo no me separo de mi corazón para anticipadamente herir.
Yo no me separo de mi corazón para anticipadamente estafar.
Yo no me separo de mi corazón para anticipadamente robar el placer.
Yo no me separo de mi corazón para anticipar y robar la ganancia.
Yo no me separo de mi corazón para justificarme anticipadamente.
Yo no me separo de mi corazón para evitar.
Yo no me separo de mi corazón para posponer.
Yo no me separo de mi corazón para focalizar a los demás.
Yo no me separo de mi corazón para reflejar a los demás.
Yo no me separo de mi corazón para visualizar a los demás.
Yo no me separo de mi corazón para nombrar.
Yo no me separo de mi corazón para imaginar.
Yo no me separo de mi corazón para suponer.
Yo no me separo de mi corazón para deducir.
Yo no me separo de mi corazón para opinar.
Yo no me separo de mi corazón para resistir.
Yo no me separo de mi corazón para interferir.
Yo no me separo de mi corazón para interrumpir.
Puedo yo no separar-me de mi corazón para modificar lo que ya pasó?
Puedo yo darme cuenta de las implicancias y consecuencias de no darme cuenta de que no me doy cuenta?

Hasta aquí tenemos sólo cuarenta "motivos justificantes" para separar-se, para abandonar-se y traicionar el corazón.
¿Es posible vivir sin separarse?
¿Por qué y para qué sobrevivir separados?



Carlos Silva. (Extraído del libro: "Herramientas de trabajo interior".)

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J. Krishnamurti. Extracto de la Disolución de la Estrella.

Verdad y Libertad.  

  

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" La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
"El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasióne e inteligencia.”


Escritos Varios de Krishnamurti

  ESCRITOS   DE    KRISHNAMURTI    

Sobre la Meditación:

Lo primero es vaciar la mente por completo de todo lo conocido; la segunda es una energía no dirigida ni controlada. A partir de ahí, la meditación también requiere la más elevada forma de orden, orden en el sentido de terminar por completo con el desorden generado por la contradicción y una estado de la mente que no sea lo individual. Debemos descartar del todo la idea de practicar un método, porque lo más importante es si la mente, que incluye el corazón, el cerebro y todo el organismo físico, puede vivir sin distorsión ni compulsión alguna y, por lo tanto, sin esfuerzo alguno. Por favor, hágase esa pregunta a sí mismo; todo esto es meditación.

Nuestras mentes están distorsionadas, han sido moldeadas por la cultura en que vivimos, por las estructuras religiosas y económicas, por el alimento que ingerimos, etcétera; le damos a la mente una determinada estructura, la condicionamos y este condicionamiento es una distorsión. Únicamente cuando no hay distorsión la mente puede ver con claridad, con pureza, con inocencia y de manera completa. El primer paso es la capacidad de mirar, el arte de escuchar, de mirar sin distorsión alguna, lo cual significa que la mente debe estar en absoluta quietud, sin un solo movimiento. Ahora bien, ¿puede la mente que está en constante movimiento permanecer completa y absolutamente en silencio, sin ningún movimiento, sin método, sistema, práctica o control alguno?

La mente debe vaciarse a sí misma de todo el pasado para que sea altamente sensible y no puede ser sensible si existe la carga del pasado; sólo una mente que ha comprendido todo esto es la que puede formular la pregunta, pero al formular la pregunta no obtiene una respuesta, porque no hay respuesta. La mente se ha vuelto altamente sensible, por tanto, sumamente inteligente y la inteligencia no tiene respuestas, en sí misma es la respuesta. El observador no tiene cabida porque la inteligencia es lo supremo.

En ese momento la mente ha dejado de buscar, no desea experiencias más elevadas y, por consiguiente, no utiliza la capacidad de controlar. Vea la belleza de eso, señor, no controla porque es inteligente; sólo actúa y trabaja, por lo tanto, en el mismo acto de la inteligencia desaparece el estado dual; todo esto es meditación. Es como una nube que comienza en la cima de un cerro junto con unas cuantas nubecitas pequeñas y a medida que avanza cubre todo el cielo, el valle, las montañas, los ríos, los seres humanos, la tierra; lo cubre todo. Eso es la meditación, porque la meditación abarca todo el vivir, no sólo una parte.

Únicamente entonces la mente puede permanecer en silencio, sin un solo movimiento, no por un instante, porque ese instante no tiene duración, no pertenece al tiempo. El tiempo solamente existe cuando está el observador que experimenta ese silencio y dice, “quiero tener más”. Por lo tanto, como ese instante de absoluto silencio e inmovilidad no pertenecer al tiempo, tampoco tiene pasado ni futuro, de manera que esa inmovilidad, esa quietud absoluta está más allá de todo pensamiento; y debido a que ese instante no tiene tiempo, es eterno. Una mente libre de toda distorsión es, de hecho, la verdadera mente religiosa, no así una mente que va al templo, que lee los libros sagrados o que repite rituales por hermosos que puedan ser, tampoco lo es una mente saturada de imágenes impuestas o propias. El vivir no está separado del aprender y en esto hay una gran belleza, porque después de todo, el amor es eso. El amor es compasión, pasión, pasión por todo; y cuando hay amor no existe el observador, no hay dualidad, la dualidad del 'yo' que ama a 'alguien', ni el 'alguien' que me ama a 'mí', sólo hay amor, no importa que sea a uno o a mil; sólo existe el amor.

Cuando hay amor, uno no puede actuar mal, haga lo que haga, pero nosotros tratamos de hacer las cosas sin amor ?viajar a la Luna, los maravillosos descubrimientos científicos? y, por lo tanto, todo termina mal. El amor sólo puede existir cuando no está el observador, es decir, cuando la mente no está dividida en sí misma como uno que observa y lo observado, sólo entonces existe esa cualidad del amor; si la tiene, eso es lo Supremo.

J. Krishnamurti

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Sobre El Amor:
 
                         Qué poco conocemos del Amor, de su extraordinaria ternura y de su poder.
             Con gran facilidad usamos la palabra "Amor". La usa el general, la usa el carnicero,  el hombre rico y el muchacho y la muchacha enamorados.   Pero,¡ qué poco saben de él, de su inmensidad, de su condición inmortal e insondable!           Amar es percibir la Eternidad.
              Qué cosa tan extraordinaria es la relación humana, pero con qué facilidad caemos en un cierto tipo de relación en particular. Aquella en que las cosas se dan por sentadas, donde se acepta la situación existente y no se tolera variación alguna. Tampoco se da cabida a ningún movimiento hacia la incertidumbre.  Todo está muy bien regulado,asegurado,sujeto y por lo tanto no hay oportunidad ninguna para la frescura, para un claro soplo revivificante de primavera.
               En general, esto es lo que llamamos relación.  Si observamos atentamente, descubriremos que la relación humana es algo mucho más sutil, es más rápida que el relámpago y más inmensa que el mundo entero, porque la relación es vida.
                En cambio, nuestra vida cotidiana se caracteriza por ser conflictiva y nuestras relaciones son toscas, rígidas y reguladas.  Así se ha perdido totalmente la fragancia, la belleza de la relación humana.
                 Todo esto surge porque en realidad, no Amamos.  El Amor es lo más grande de todo, y en él existe la total entrega de uno mismo. Solamente amando es que nuestra Vida y nuestras relaciones tendrán profunda belleza.
  
                        
                        o-o-o-o-o
        
           El más grande misterio eres tú mismo.
           Tu historia, o sea el libro de tí mismo, sólo tu lo puedes leer.
           Los comentadores, aquellos que tratan de explicar lo que tu piensas o sientes, ellos sólo proyectan sus propios problemas y reflejan su propia confusión.
                      Tu historia es tam,bién lahitoria de toda la humanidad. Leer este libro tal cual está escrito, sin ninguna interpretación y sin ningún ulterior motivo, ese es el mayor desafío.
            Entonces, lee todo tu libro y aprende sobre ti mismo con dignidad.
            Puedes leer la totalidad de una sola mirada o puedes leerlo página por página hata el fin de tus dias.  El tiempo nada tiene que ver con ese aprender.


                                                o-o-o-o-o-o-o
        
             Malgastamos nuestra energía vital con nuestra constante actividad y con nuestro constante pensar.  Hasta durmiendo, el cerebro sigue en actividad.
             Interiormente estamos siempre ocupados con nosotros mismos, nuestros problemas, miedos y deseos, siempre en conflicto.                 
              No tenemos un instante en que el cerebro, los sentidos estén totalmente quietos y en paz.  Esto es un desperdicio de energía. 
              Estamos en constante ocupación hasta que morimos.  La ocupación con Dios o con la comida, es lo mismo.  El desperdicio de energía es el estar ocupados psicológicamente, ya sea con nuestros medios de sustento o con una disciplina o con llegar a ser algo.
               Si leemos esto y queremos no estar ocupados, este esfuerzo será otro desperdicio de energía igual a los demás.
               Sólo cuando hay un darse cuenta total, no de un aspecto u otro, sino del todo,  sólo entonces está presente la enorme energía del vacio, dela quietud.  El vacío es la suprema energía.

           


Videos  de Gregg Braden   (fisico  EEUU )

sobre varios temas :

 https://youtu.be/055BG0plesE
emocion y sentimientos  (español)  30m
​  Your emotion matters          19m

https://youtu.be/VuPlqe5RjIQ 
 conferencia sobre energia en Barcelona, 2015
(español)

https://youtu.be/IfZqKa2pi9c
 verdadera sanacion energetica  ( subs en español)

​  The feeling is the prayer
​30m   about emotions.​

 ​https://youtube.com/watch?v=707H8kSK7i8
​  Your emotion matters          19m

 ​https://youtu.be/INLi9DfT7rg          38m
     Bruce Lipton and Gregg Braden


Video sobre el corazon de Gregg Braden (fisico EEUU)

​Videos Gregg Braden   MUY BUENO  sobre el corazon

1-  ​https://youtu.be/sSvx5H5hH78         8m

    our electromagnetic heart affects reality

La Mente Infinita. Dr. Joe Dispenza.


 La mente infinita        

Video y Escrito:


Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.
Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.
Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.
Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle,en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad.
Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes. A finales de mayo hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la edición española de su libro "Desarrolla tu cerebro".
¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?
He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades –tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores musculoesqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…–, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.
¿Milagro?
Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.
Estimulante curiosidad la suya.
Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psiconeuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.
Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.
La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el período en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.
¿Y eso qué significa?
El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.
¿En qué se traduce?
Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.
Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.
Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.
¿Cambiar las marchas del coche?
Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Ésa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.
Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?
No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete
funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.
¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?
El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.
¿Cómo define ese algo?
Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa.
Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.
¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.
¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que
pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.
Un círculo vicioso.
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.
Estamos enganchados a nuestra química interna.
Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.
¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.
¿Cómo interrumpir el ciclo?
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de
mundo.
¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?
Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.
El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya está formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que sí es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.
¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez que esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.